Desde el río Okavango, al sur de Angola, hasta el desierto del Kalahari, en Botswana, hay cuatro meses de expedición en uno de los últimos espacios inexplorados de nuestro planeta. Este lugar ha permanecido prácticamente intacto durante miles de años, y pueden hallarse colonias salvajes de, entre otros animales, elefantes, hipopótamos, búfalos, leones o leopardos.

Steve Boyes es el biólogo y explorador del National Geographic que ha liderado esta expedición, bajo el proyecto Okavango Wilderness. Este proyecto, con el Big Data como piedra angular, tiene el objetivo de proteger la riqueza de este lugar. Boyes lleva desde 2011 haciendo expediciones anuales que recopilan datos sobre su flora y fauna, además de realizar evaluaciones periódicas de la calidad del agua y los cambios que se producen en el paisaje.

Con esto, se ha elaborado una base de datos disponible en la web Into the Okavango, accesible a cualquiera que desee estudiar el Okavango y sacar conclusiones de la información aportada por los expedicionarios. Gracias al incansable trabajo de este explorador y las innovaciones que aporta una tecnología como el Big Data, este y otros lugares recónditos del planeta podrán seguir siendo únicos.